No es normal tener éxito.
Y es estúpido pensar lo contrario.
Cuando uno es niño, ve las cosas no solamente con ilusión, también con cierta ingenuidad, es lo normal y natural. Cosas como trabajar se ven fáciles y sencillas de hacer.
Y curiosamente ese deseo infantil sumado a ver el error del prójimo (aparentemente obvio) te puede llenar muchísimo de soberbia. Mucha gente cree que es fácil ser rico y que el 99% de la gente que no lo es solamente no lo es porque son mediocres.
Creces y puedes desilusionarte un poco de
ver que la vida es difícil, ser rico no es fácil y no es para todos (Ni debería serlo, porque tener más o menos dinero después de lo necesario para vivir no es ni bueno ni malo).
Pero esa es la buena maestra que nos recuerda que la vida no es ni tiene por qué ser sencilla, si cualquiera pudiera ser rico, exitoso o famoso, nadie sería rico, exitoso o famoso, porque la medida de estas tres cosas es en relación a los demás.
Mantenerse humilde es necesario para progresar en la vida porque nos evitan algo muy desagradable: La desilusión. Peor que fracasado es estar desilusionado.
Fracasado uno se levanta y vuelve a la lucha, la desilusión le llega a uno cuando la muerte lo asedia, cuando ve que las cosas de la tierra se le van y tiene que enfrentarse a la pregunta de si su existencia acaba aquí o si hay alguien más por ahí.
Por supuesto que si uno no está apegado a las cosas de la tierra y cree que hay alguien más por ahí, pues no habrá desilusión, sino que estará preparado (como mejor haya podido) para dicho evento.
Y así sucede con el humilde, al fracasar no se asusta porque no está pegado a su orgullo, fracasar entonces se vuelve una oportunidad para elevarse como maestro, para volver a vivir y para aprender.
Hay que entender que el éxito no es la condición natural del hombre, en absolutamente nada. Tendrás mil trabajos y solamente en uno te quedarás, conocerás mil caballeros y solamente a uno amarás (Entendiendo el amor como un acto consciente de la voluntad, es imposible amar a dos personas porque hay una contradicción entre ambas cosas, y porque el amor se prueba a posteriori).
El hombre solamente tiene éxito una o dos veces en la vida y eso es suficiente, todo lo demás, incluidos otros éxitos, son cosas secundarias. Un hombre casado no tiene éxito con su esposa y otra vez al tener a sus hijos, sino que tuvo éxito con su esposa y cada hijo es solamente una consecuencia de.
Un ultra millonario no tiene éxito en cada negocio nuevo que le genera otros millones, solamente tuvo éxito una vez, todo lo demás fue una consecuencia, porque sin ese millón inicial, jamás hubiera podido invertir en lo demás.
Así, mi consejo es que seamos humildes, porque esa es la clave para llegar al éxito esa única vez que tenemos que llegar.
Reflexión
Juan Cardeña
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